Rosa, Pao y yo nos ubicamos para hacer dedo, vemos allí cerca un hombre flaco y dos niños una nena y un varón, en la misma misión que nosotros intentabamos cumplir, un día en donde el sol ya empieza a anticipar lo que será en diciembre en el Chaco.-
Pasaban vehiculos y en una conducta que nos anticipa que no nos van a llevar lo hacen sin disminuir la velocidad, pasaban los minutos y nadie se apiadaba de nosotras y menos del trio que en ese día nos acompañaba.
Entonces Rosa, se acerca y empieza a interrogar. El hombre había venido a buscar a sus hijos menores que habían sido abandonados por su mamá, llevándose de la casa al mayor de los hermanos. Un vecino lo había ubicado y advertido que estos hermanitos mas chicos habían quedado solos hace mas de diez días, sin previsiones de comida, higiene y demás cuidados. El padre se los llevaba a una ciudad cercana donde tenia trabajo y podría cuidarlos.-
Presas de la indignación buscamos en el fondo de nuestros bolsillos para darle al padre y que comprara galletitas o algo que mitigara la calurosa espera. No calmaba nuestra bronca el ver como abrazaban y con que ganas comían esas galletitas.-
Hasta que un Sr. que trabaja en una repartición pública y que cuando nadie se acuerda que estas al sol a la vera de la ruta, frena y nos lleva, un poco amontonadas, medio incomodas nos acomodamos y pedimos por el padre y sus niños que también fueron subidos al vehículo. En nuestra segunda parada (ese día estaba difícil) nuestros caminos se separaron.-
Pero mas de una vez nos preguntamos cual será el final de esta triste novela de la vida real.-
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